La Junta de Andalucía sitúa a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Garbanzo de Escacena como “una prueba más” de la amplia diversidad de la gastronomía de Huelva. Así lo ha expresado el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Pedro Pascual Hernández, durante su visita a la Cooperativa Campo de Tejada, referente de la misma con una producción de 400 toneladas anuales de este alimento blanco, lechoso, tierno y de sabor suave diferenciado en el mercado por su origen y su contrastada calidad.
Pedro Pascual Hernández ha celebrado, en este sentido, el tesón de un sector que vio cómo en septiembre de 2013 culminaban cuatro años de trabajo con la inscripción de la IGP Garbanzo de Escacena en el Registro Europeo de Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas. Un reconocimiento que, a juicio del delegado territorial, daba un impulso definitivo a un alimento que se erige, en especial desde ese instante, en un embajador más de la producción agroalimentaria de la provincia onubense.
La denominación de calidad ampara, en concreto, al fruto de la especie vegetal Cicer arietinum L. del ecotipo local envasado como legumbre seca y perteneciente a la categoría Extra. Definido por su calidad superior y una forma, aspecto, desarrollo y coloración óptimos. Se trata de un garbanzo característico de la zona de la Depresión del Guadalquivir. La IGP abarca así a los términos municipales de Escacena del Campo, Paterna del Campo, Manzanilla, Villalba del Alcor, La Palma del Condado y Villarrasa; así como, ya en Sevilla, de Castilleja del Campo, Aznalcóllar, Sanlúcar la Mayor, Albaida del Aljarafe y Olivares.
El origen emerge, precisamente, señala Pedro Pascual Hernández, como uno de los secretos de las cualidades organolépticas que lo colocan en la vanguardia de las delicatessen. No en vano, son sus suelos profundos, con un alto contenido de arcilla, gran capacidad de retención de agua, bajo contenido en nitrógeno y fósforo y un elevado nivel de potasio, junto a la influencia marina por su proximidad al litoral y a Doñana, los que dotan al Garbanzo de Escacena, en palabras del responsable de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, del máximo potencial nutritivo y de rasgos especiales como la blandura, la cremosidad y la finura que lo hacen “único”.
La Indicación Geográfica Protegida, según ha insistido el delegado territorial, vino a confirmar cada uno de estos aspectos que derivan en un producto de excelencia y a imprimirle un sello “fundamental” para la conquista de un mercado en el que el consumidor demanda la garantía de la calidad. No en vano, el distintivo abrió al Garbanzo de Escacena la puerta de los establecimientos gourmet, algo que, para Pedro Pascual Hernández, significa “prestigio y valor añadido”.
Fuente: HuelvaYa
Imagen: IGP Garbanzo de Escacena